Un bebé chino, que había sido declarado muerto en un hospital de la provincia china de Anhui, se despertó minutos antes de ser incinerado en un tanatorio. Los padres del pequeño dejaron su cuerpo, que creían sin vida, con el personal de la funeraria cuando éstos escucharon los llantos del niño antes de proceder a su incineración tal y como asegura la agencia de noticias Xinhua.
Un portavoz del hospital donde el pequeño se recupera tras su ‘resurreción’ ha asegurado que sufría una malformación congénita en el aparato respiratorio. El médico y la enfermera que certificaron la muerte del niño han sido suspendidos en sus funciones. El pequeño se recupera de su ‘muerte momentánea’ gracias a las transfusiones de sangre.
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